Los pilotos y equipos de F1 están en pie de guerra tras el polémico incidente entre Max Verstappen y Lando Norris en Austria, donde las maniobras del neerlandés han sido calificadas como “inaceptables”. En un giro dramático, Verstappen, quien ha sido aclamado por su destreza en la pista, ha desatado una ola de críticas por su estilo de conducción agresivo, recordando a los aficionados sus controversiales tácticas de 2021.
Durante la carrera, la presión de Norris llevó a Verstappen a una serie de maniobras discutibles, culminando en un choque en la vuelta 64 que arruinó las esperanzas de victoria de Norris. A pesar de mantener una ventaja de 7 a 8 segundos, Verstappen no cedió la posición y, tras un contacto, Norris quedó fuera de la contienda, mientras que Verstappen logró terminar en una decepcionante quinta posición. Las declaraciones de Norris tras el incidente fueron contundentes: “No fue una batalla justa. Me sacaron de la carrera”.
La controversia no solo ha sacudido el paddock, sino que también plantea preguntas sobre el regreso de Verstappen a su estilo de conducción más agresivo. Andrea Stella, director del equipo McLaren, ha enfatizado que “todo el mundo sabe quién es el responsable”, sugiriendo que la falta de sanciones en el pasado ha llevado a situaciones peligrosas en la pista. La presión está sobre la FIA para abordar estos comportamientos antes de que se repitan.
Con el Gran Premio de Silverstone a la vista, la tensión entre los dos pilotos promete intensificarse. Los aficionados se preguntan si Norris podrá mantener la presión sobre Verstappen y si el tres veces campeón regresará a sus viejas tácticas. La temporada se adentra en una fase crucial, y la presión está en su punto más alto. ¿Veremos un cambio en la dinámica entre estos dos competidores? La respuesta podría definir el rumbo del campeonato.