En un giro inesperado de la vida laboral, un japonés ha encontrado la clave para monetizar la inactividad. Soji Morimoto, un hombre que se alquila para “no hacer nada”, ha capturado la atención de miles desde que lanzó su singular negocio en 2018. Por 10,000 yenes (176 dólares), Morimoto ofrece su presencia para tareas tan simples como acompañar a alguien en una comida, guardar un lugar en una fila o simplemente estar allí para escuchar. Su enfoque ha resonado en un mundo donde la presión por ser productivo es abrumadora.
Morimoto, quien tiene más de 400,000 seguidores en Twitter, ha transformado su vida tras años de trabajos convencionales que no le satisfacían. Inicialmente, su propuesta fue recibida con escepticismo, pero rápidamente ganó popularidad, llevando a un aluvión de solicitudes diarias. Desde despedidas emotivas en estaciones de tren hasta paseos por el parque, ha atendido a más de 3,000 personas, brindando un servicio que, aunque sencillo, ofrece un alivio emocional a quienes buscan compañía sin juicio.
La historia de Morimoto ha trascendido fronteras, inspirando programas de televisión y un libro sobre sus experiencias. Su éxito plantea una pregunta provocadora: ¿es posible ganar dinero haciendo lo que muchos consideran “nada”? Con su innovador modelo, Morimoto nos enseña que a veces, lo más simple puede ser lo más valioso. En un mundo que a menudo glorifica la productividad, su historia desafía las normas y nos invita a reconsiderar nuestras propias definiciones de trabajo y éxito. ¿Podrías tú también encontrar una forma de capitalizar lo sencillo en tu vida?