¡ESCÁNDALO EN EL CONGRESO! En un giro inesperado, congresistas y ciudadanos estallaron en gritos contra el presidente Gustavo Petro, acusándolo de ser un “terrorista” en plena sesión legislativa. La tensión que ha estado acumulándose durante meses finalmente se desbordó, revelando una crisis política que amenaza con desestabilizar al país. Mientras los medios de comunicación guardan silencio, la economía colombiana se desmorona y la paciencia de la ciudadanía se agota.
Las acusaciones lanzadas en el Capitolio no son un simple eco de la oposición; son el grito desesperado de un pueblo que ya no puede soportar más promesas incumplidas y un gobierno que parece más interesado en sus propios intereses que en el bienestar de los colombianos. Desde que Petro asumió la presidencia, su administración ha estado marcada por escándalos, divisiones y un aumento alarmante de la desconfianza. La seguridad es precaria, la inflación se dispara y la corrupción sigue rampante.
El juicio político que se cierne sobre Petro no es una mera estrategia política; es una consecuencia inevitable de un liderazgo fallido. La indignación que se escuchó en el Congreso refleja un cambio en la narrativa. La gente está cansada de la polarización, de ver cómo unos pocos se enriquecen mientras el pueblo lucha por sobrevivir. Los gritos de “fuera Petro” resuenan como un llamado a la acción, un aviso de que la tolerancia se ha agotado.
Este momento decisivo no es solo un episodio aislado; es un punto de inflexión. La valentía de los ciudadanos y congresistas al alzar la voz contra el presidente demuestra que el pueblo colombiano aún tiene poder. La situación actual no es casualidad, es el resultado de años de malas decisiones y una clase política desconectada de la realidad. La historia de Colombia se está escribiendo ahora, y cada voz cuenta. La pregunta es: ¿de qué lado estarás tú? La decisión es tuya. ¡Actúa!