**NAIM vs AIFA: La Batalla por el Aeropuerto que México Necesitaba**
En un giro histórico que redefine el futuro de la infraestructura en México, la controversia entre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) llega a su clímax. La decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de cancelar el NAIM en Texcoco, un proyecto emblemático de la administración de Enrique Peña Nieto, ha desatado un debate candente sobre el desarrollo, la justicia social y el control estatal frente a los intereses privados.
El NAIM, concebido como un megacomplejo aeroportuario de clase mundial, prometía transformar a México en un hub global, pero a un costo exorbitante y con un alto riesgo de endeudamiento. En contraste, el AIFA, construido en Santa Lucía, se erige como un símbolo de la austeridad republicana y un enfoque más sostenible y equitativo, priorizando las necesidades del pueblo sobre las ganancias corporativas. Esta nueva terminal, aunque criticada por su lejanía del centro de la Ciudad de México, ha comenzado a operar con un crecimiento del 118% en pasajeros proyectados para 2024.
El impacto ambiental del NAIM, que amenazaba un ecosistema vital, y la controversia sobre su financiamiento han dejado claro que la lucha no es solo técnica, sino ideológica. La cancelación del NAIM costó al país 113,000 millones de pesos, pero la construcción del AIFA ha demostrado que es posible avanzar hacia una infraestructura más responsable y accesible.
A medida que el AIFA se posiciona como una alternativa viable, la pregunta persiste: ¿quién realmente construyó el aeropuerto que México necesitaba? Con más de 6 millones de pasajeros anuales y un enfoque en la inclusión social y la justicia territorial, el AIFA podría ser el faro de esperanza que el país necesita para romper con el pasado neoliberal y avanzar hacia un futuro más justo y soberano. La batalla por el cielo mexicano continúa, y el desenlace podría transformar no solo la aviación, sino el tejido mismo de la sociedad.