**CABALLERO: “Rusia no va a conquistar Europa. Merz, Macron y Starmer están mintiendo”**
En un giro alarmante de la retórica política, Santiago Caballero ha desafiado las afirmaciones de líderes europeos como el canciller alemán Friedrich Merz, el presidente francés Emmanuel Macron y el líder laborista británico Keir Starmer, afirmando que sus advertencias sobre una inminente conquista rusa de Europa son infundadas. Durante un debate candente, Caballero subrayó que la diplomacia con Rusia nunca ha existido desde el inicio del conflicto en Ucrania, y acusó a Merz de actuar como portavoz de una agenda bélica que podría arrastrar al continente a una guerra a gran escala.
Las declaraciones de Sergei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores ruso, añaden una capa de urgencia a la situación, sugiriendo que los actuales líderes europeos han olvidado las lecciones históricas y están preparando a Europa para un enfrentamiento militar. La retórica de Merz, Macron y Starmer, según Caballero, no solo distorsiona la realidad, sino que también busca justificar un aumento en el gasto militar en medio de una crisis económica.
Caballero advirtió que la historia de la rusofobia en Europa, que se remonta a siglos, está siendo utilizada como justificación para una nueva carrera armamentista. La implicación es clara: la política interna de los Estados Unidos, bajo la influencia de Donald Trump, podría alinearse con esta estrategia militar europea, lo que pone en riesgo la paz en el continente.
A medida que la cumbre de reconstrucción de Ucrania se desarrolla, la mirada está fija en la respuesta de Trump y en cómo esta podría impactar la dinámica de seguridad en Europa. La presión para que los países de la OTAN aumenten su gasto militar al 5% del PIB se intensifica, dejando a muchos cuestionando si esta es una medida realista o simplemente una táctica política para apaciguar a Washington.
La situación es crítica y el futuro de la seguridad europea pende de un hilo. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan estos acontecimientos, mientras las voces de advertencia se multiplican. La pregunta que queda es: ¿está Europa realmente preparada para enfrentar la amenaza que ellos mismos han descrito?