Max Verstappen está en el centro de una tormenta tras el desastroso Gran Premio de Bahréin, donde su frustración con Red Bull ha alcanzado niveles críticos. En una reunión de emergencia convocada por el equipo, se reveló que el manager de Verstappen, Raymond Vermuelen, expresó su descontento a Helmut Marko, lo que marca un punto de inflexión en la relación entre el campeón y su escudería.
El fin de semana en Bahréin fue un verdadero desastre para Verstappen, quien calificó en séptimo lugar y terminó en 𝓈ℯ𝓍to, gracias a una intervención del coche de seguridad. Durante la carrera, luchó con problemas de frenos y tracción, lo que lo llevó a caer hasta la última posición antes de recuperar algunas plazas. “Todo lo que pudo salir mal, salió mal”, lamentó Verstappen, dejando claro que su confianza en el RB21 está en mínimos históricos.
Con el futuro del equipo en la balanza, la reunión de hoy se centrará en la insatisfacción de Verstappen y las fallas del auto. ¿Podría esto ser el principio del fin de su relación con Red Bull? Con los nuevos reglamentos de 2026 a la vista, la presión es palpable. Si el coche no mejora, Verstappen podría considerar alternativas, y Aston Martin, con su poderoso motor, se perfila como un posible destino.
La rivalidad con McLaren también está en el horizonte, y Verstappen ha sido claro: “No me veo como un contendiente para el título”. Mientras tanto, Red Bull se enfrenta a un dilema crítico: ¿pueden retener a su estrella o perderán a su campeón en un momento clave de su historia? La situación es tensa, y el futuro de Verstappen pende de un hilo. La competencia huele la sangre, y el tiempo dirá si el cuatro veces campeón seguirá con Red Bull o buscará nuevos horizontes.