**¡Escándalo en el Gobierno! La Corte Suprema Arremete Contra Laura Sarabia y Gustavo Petro**
En un giro inesperado que sacude los cimientos del gobierno colombiano, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca ha abierto un incidente de desacato contra la canciller Laura Sarabia por desobedecer una orden judicial crucial. La razón: su negativa a suspender a María Camila Ceballos, una funcionaria del consulado en Tulcán, Ecuador, a pesar de un fallo que exigía su destitución. Este escándalo no solo pone en tela de juicio la gestión de Sarabia, sino que también plantea serias interrogantes sobre el manejo de los nombramientos en el servicio exterior.
El tribunal ha dejado claro que el incumplimiento de la orden judicial, emitida el 27 de febrero de 2025, no será tolerado. A través de un auto judicial, se rechazó la solicitud del Ministerio de Relaciones Exteriores para modificar la decisión y se ordenó formalmente la apertura del incidente de desacato. La magistrada Ana Margot Chamorro Benavides ha dado un plazo de tres días a Sarabia para presentar su defensa, dejando en suspenso el futuro de su cargo y el de Ceballos.
Este conflicto se origina en una demanda de la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular (Unidiplo), que impugna la validez del nombramiento de Ceballos, alegando irregularidades que vulneran los derechos de los funcionarios de carrera. La controversia ha reavivado el debate sobre las designaciones provisionales en el sector público, un tema que históricamente ha generado tensiones entre el gobierno y los sindicatos.
Mientras el caso avanza, la atención se centra en la respuesta de la canciller y las posibles repercusiones legales que podría enfrentar. Este incidente no solo podría sentar un precedente en el cumplimiento de órdenes judiciales por parte de altos funcionarios, sino que también refleja una lucha más profunda entre la discrecionalidad administrativa y los principios de meritocracia en la burocracia estatal. La opinión pública, atenta a los desarrollos, cuestiona si este escándalo es un síntoma de problemas estructurales en la administración pública colombiana. Sin duda, el drama está lejos de concluir.