¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! El presidente Gustavo Petro ha desatado una tormenta política tras su polémica participación en un evento oficial en Medellín, donde compartió tarima con algunos de los criminales más notorios del país. Este acto, que ha sido calificado de histórico y sin precedentes, ha generado una oleada de críticas y cuestionamientos sobre la política de paz total que promueve su gobierno.
En un comunicado explosivo difundido en sus redes sociales, Petro arremetió contra la prensa colombiana, acusándola de alinearse con la extrema derecha y de ignorar el contexto del encuentro. “Los medios decidieron ignorar los mensajes directos que se transmitieron allí”, declaró, desatando aún más controversia en un momento crítico para su administración.
Los asistentes al evento, entre los que se encontraban figuras como alias Tom, alias Douglas y alias El Tigre, han sido responsables de años de violencia en Antioquia y actualmente cumplen condenas por graves delitos. La imagen del presidente junto a estos criminales ha puesto en tela de juicio los límites de la reconciliación y el diálogo en un país que aún lidia con las secuelas del conflicto armado.
Petro defendió su decisión citando al jurista italiano Luigi Ferrajoli, conocido por sus teorías sobre justicia restaurativa, sugiriendo que su enfoque está respaldado por fundamentos jurídicos sólidos. Sin embargo, esta justificación no ha logrado calmar las voces críticas que advierten sobre el peligro de legitimar a quienes han causado tanto sufrimiento.
Mientras la sociedad colombiana se divide entre quienes apoyan su estrategia y quienes la ven como una concesión peligrosa, el debate sobre la política de paz en Colombia se intensifica. El presidente, en medio de este torbellino, promete más detalles sobre su postura en los próximos días. La pregunta que queda en el aire es: ¿está Gustavo Petro tomando el camino correcto hacia la paz o está arriesgando el futuro del país?