**REYNOSA EN LLAMAS: HARFUCH DESCUBRE UNA RED DE CORRUPCIÓN TRAS EL ASESINATO DE CINCO MÚSICOS**
Reynosa, Tamaulipas – En un giro escalofriante de los acontecimientos, Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ha desvelado una compleja red de corrupción que ha llevado a la muerte de cinco jóvenes músicos del grupo Fugitivo. Sus cuerpos, encontrados calcinados en una ladrillera abandonada, revelan no solo la brutalidad del crimen, sino también la complicidad de autoridades locales.
Los cinco integrantes, con edades entre 17 y 24 años, desaparecieron la noche del 25 de mayo tras una presentación. Su última ruta, destinada a una fiesta privada, fue interceptada por la violencia desmedida que azota la región. Harfuch llegó a la escena no solo para investigar, sino para desmantelar un sistema que permite que el arte se convierta en un blanco de exterminio.
Las primeras pesquisas revelaron que los músicos habían sido objeto de extorsión. A pesar de haber denunciado amenazas, la respuesta institucional fue nula. Sin embargo, la intervención de Harfuch marcó un antes y un después. Equipos de inteligencia, drones y análisis de datos comenzaron a desentrañar un entramado que conectaba a funcionarios locales con el crimen organizado.
El descubrimiento de un archivo clave, conocido como “archivo cero”, expone una red de complicidades en la que funcionarios municipales recibían so𝐛𝐨𝐫𝐧os a cambio de proteger operaciones criminales encubiertas como eventos culturales. La música, en lugar de ser un refugio, se convirtió en un campo de batalla donde los artistas pagaban un precio mortal por su libertad de expresión.
Las protestas estallaron en Reynosa, con cientos de personas exigiendo justicia. La indignación colectiva resuena con fuerza: “No permitiremos que ser artistas sea un riesgo”, declaró Harfuch, mientras la sociedad civil se moviliza para exigir un cambio. La tragedia de Fugitivo no es un caso aislado, es un grito de alerta sobre la descomposición social que enfrenta México.
La investigación sigue su curso, y la presión aumenta para que se rinda cuentas a los responsables. En un país donde la música debería unir, la verdad ha sido silenciada. Ahora, la sociedad alza la voz, y la lucha por justicia apenas comienza.