El legado de Cristina Kirchner se ha convertido en un símbolo de polarización y tensión en Argentina, y los recientes disturbios en el canal de noticias eltrece han dejado una huella imborrable. En un episodio de violencia sin precedentes, un grupo de manifestantes, supuestamente vinculados a La Cámpora, atacó las instalaciones del canal, causando destrozos y sembrando el pánico entre los trabajadores.
La escena era caótica. En las afueras de Canal 13, el portón histórico de entrada fue violentado, mientras piedras volaban en un acto de agresión indiscriminada. “Cuidado, están tirando piedras”, alertó Mati Vázquez, quien documentaba la situación en tiempo real. La angustia y el miedo eran palpables, con trabajadores como Claudia, quien había dedicado 21 años de su vida al canal, viendo su vehículo destrozado por un adoquín que atravesó su automóvil. “Nunca pensé que iba a pasar algo así”, confesó, visiblemente afectada.
Los disturbios comenzaron tras una manifestación masiva que reunió a aproximadamente 5,000 personas, de las cuales un grupo de unas 70 se separó y dirigió su furia hacia el canal. La policía, que intentó contener la situación, se encontró con la dificultad de identificar a los atacantes, muchos de los cuales llevaban el rostro cubierto. “Estos actos son terroristas”, sentenció Vázquez, enfatizando la gravedad de lo ocurrido.
El contexto de esta violencia no es casual. En un país donde el legado de Cristina Kirchner sigue dividiendo a la población, cada acción se convierte en un eco de la polarización política. Las imágenes de destrucción en el canal no solo reflejan un ataque físico, sino un ataque a la libertad de prensa y a la democracia misma. El legado de Cristina es, sin duda, un legado de confrontación y miedo, y lo que sucedió en eltrece es un recordatorio de que la lucha por el poder en Argentina sigue siendo feroz y destructiva.