**¡HARFUCH EN GUERRERO! El Asesinato del Influencer El Fénix Sacude Acapulco**
Acapulco, Guerrero – En un acto brutal que ha dejado a la nación en estado de shock, el influencer y activista digital José Carlos González Herrera, conocido como El Fénix, fue asesinado a plena luz del día en un ataque armado que parece orquestado por una red de poder en la región. El crimen, ocurrido a las 19:40 horas, fue captado por una cámara de seguridad y revela un nivel de precisión que sugiere un mensaje claro: quien se atreve a desafiar a las estructuras corruptas del poder en Guerrero enfrenta la muerte.
El Fénix, de 28 años, había ganado notoriedad por su canal “Voz Libre,” donde denunciaba la corrupción y el narcotráfico en un estado marcado por la impunidad. Su investigación más explosiva, que contenía 198 documentos que vinculaban a políticos y empresarios con el crimen organizado, fue el detonante de su ejecución. Testigos reportaron que el ataque fue realizado por hombres vestidos como trabajadores de telefonía, utilizando armas con tecnología de inteligencia, mientras una patrulla municipal se encontraba a menos de 100 metros sin intervenir.
La autopsia reveló que cinco de las balas estaban equipadas con un compuesto químico raro, lo que plantea interrogantes sobre la implicación de cuerpos de seguridad en el crimen. En medio del caos, la Fiscalía omitió mencionar que El Fénix era un periodista, refiriéndose a él como un simple “ciudadano víctima de robo.”
El asesinato desató una ola de protestas en redes sociales, donde el hashtag #HarfuchEnGuerrero se volvió tendencia. En respuesta, Omar García Harfuch, exjefe de la policía capitalina, ha llegado a Guerrero con un contingente de fuerzas federales, prometiendo tomar el control y desmantelar la red criminal que operaba en la oscuridad.
Mientras el país observa con horror, la pregunta persiste: ¿quién teme tanto a la verdad que está dispuesto a asesinarla en plena luz del día? Las organizaciones de derechos humanos han clasificado este caso como una ejecución política, y la presión crece para que el Estado asuma la responsabilidad en la protección de aquellos que se atreven a investigar el poder. La lucha por la verdad en México ha comenzado, y su eco resuena en cada rincón del país.