**Título: Rusia ataca Ucrania con bombas planeadoras, Trump admira el golpe a Putin e Irán avisa**
La tensión entre Rusia y Ucrania ha alcanzado un nuevo punto crítico tras el reciente ataque de Ucrania a aeródromos rusos, que ha sido calificado de “brutal” por el expresidente estadounidense Donald Trump. La situación se intensifica a medida que Rusia responde con bombas planeadoras, golpeando la ciudad de Gersón y dejando a su paso destrucción y heridos.
Desde la madrugada del jueves, las fuerzas rusas han lanzado un ataque masivo con drones y misiles, afectando gravemente a varias regiones ucranianas, incluyendo Chernigov, Jarkov y Odessa. En un clima de escalada, al menos cinco civiles perdieron la vida en Chernigov debido a estos ataques indiscriminados. Mientras tanto, Ucrania logró neutralizar 74 drones rusos, pero el temor persiste ante las posibles represalias de Moscú, que ha prometido una respuesta contundente.
En medio de este caos, Trump ha mantenido una conversación telefónica con Vladimir Putin, donde este último expresó su determinación de responder a los ataques ucranianos. Aunque Trump parece admirar la sorpresa de Ucrania, también ha manifestado preocupación por las posibles reacciones descontroladas de Putin, sugiriendo que la escalada podría llevar a una guerra aún más devastadora.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha instado a los aliados occidentales a aumentar las sanciones contra Rusia, argumentando que la agresión rusa no tiene justificación y que es imperativo presionar al Kremlin para que detenga su ofensiva. Con la guerra ya en su tercer año, la necesidad de un alto el fuego se vuelve más urgente, pero las palabras de Zelenski sugieren que la paz aún está lejos.
La comunidad internacional observa con preocupación, mientras Irán también se hace eco de la inestabilidad, anunciando que ha completado su ciclo de combustible nuclear, lo que añade otra capa de tensión a un escenario ya volátil. La guerra en Ucrania es un recordatorio escalofriante de que la paz es un lujo que muchos países aún no pueden permitirse.