El rey Carlos III ha confirmado una devastadora noticia: ha sido diagnosticado con glioblastoma multiforme, un agresivo cáncer cerebral. En un conmovedor mensaje desde el Palacio de Buckingham, el monarca se despide de su pueblo antes de que su condición comprometa su capacidad de gobernar. A tan solo unos meses de asumir plenamente su papel, el rey enfrenta lo impensable: perder no solo su trono, sino también su identidad, mientras su mente se desmorona.
Los signos de deterioro comenzaron a ser evidentes durante sus apariciones públicas, donde sus asistentes notaron lapsos de memoria y dificultades para hablar. Estos incidentes, inicialmente descartados como el efecto del estrés, ahora revelan la cruda realidad de una enfermedad que roba la lucidez y el control. En un momento de profunda reflexión, el rey ha decidido grabar mensajes de despedida y ha comenzado a planificar su abdicación, consciente de que el tiempo le es adverso.
El impacto de esta noticia ha dejado a millones en un estado de shock, pues un monarca recién coronado ahora se enfrenta a una crisis nacional sin precedentes. Mientras su salud se deteriora, las tensiones en la familia real aumentan. El príncipe Guillermo, como heredero, se prepara para asumir responsabilidades sin precedentes, mientras que las relaciones familiares se ven amenazadas por la inminente pérdida de su padre.
Camila, la reina consorte, se convierte en un pilar de apoyo, pero enfrenta su propia lucha contra el escrutinio público. Mientras tanto, el príncipe Harry, aunque distante, busca reconectar con su padre en un momento crítico, aunque las viejas rencillas dificultan la reconciliación.
La noticia del diagnóstico ha desatado una ola de especulaciones sobre la sucesión y el futuro de la monarquía británica. Con el tiempo corriendo contra él, el rey Carlos hace frente a la realidad de su enfermedad con una dignidad que desafía la tragedia personal, reafirmando su compromiso con el deber. La historia de un rey que se prepara para despedirse se desarrolla en tiempo real, poniendo a prueba no solo su legado, sino también la estabilidad de la institución que ha dedicado su vida a servir.