La muerte del icónico merenguero Rubby Pérez ha desatado una tormenta de revelaciones y conflictos familiares que sacuden los cimientos de su legado. Sulinka Pérez, su hija, ha decidido romper el silencio y destapar una serie de secretos que ponen en duda la imagen glorificada de su padre. “Mi padre no fue un santo”, declaró con furia contenida, iniciando una guerra mediática que promete intensificarse.
Tras el trágico colapso del club Jetset, donde Rubby perdió la vida, Sulinka ha revelado que su padre tuvo siete hijos, no cuatro como se creía, y que muchos de ellos vivieron en la sombra. La aparición de Ana Beatriz, reconocida públicamente justo antes de su muerte, ha encendido aún más las tensiones familiares. Mientras tanto, la figura de Michelle Reynoso, quien actuó como la viuda oficial durante el velorio, ha sido cuestionada por su cercanía con Rubby y las decisiones que pudo haber tomado en vida.
Los rumores sobre un testamento no oficial, que supuestamente favorece a Ana Beatriz, han desencadenado una guerra por la herencia y el reconocimiento. Sulinka no solo busca justicia para su madre, sino que también lucha por la verdad detrás de la muerte de su padre, que según informes, fue producto de negligencia. La presión pública ha llevado a las autoridades a investigar al club por fallas estructurales graves, revelando un sistema que prioriza el lucro sobre la vida.
La historia de Rubby Pérez, una leyenda del merengue, no solo es un relato de música, sino una crónica de traiciones, secretos y un legado en juego. Sulinka ha prometido continuar el legado musical de su padre con una nueva orquesta, pero el conflicto familiar sigue intensificándose. Esta historia, lejos de ser un simple drama familiar, es un llamado a la justicia y un grito por la memoria de un artista que dejó una huella imborrable. Las tensiones continúan, y el verdadero rostro de Rubby Pérez está aún por revelarse.