La despedida de Luka Modric y Carlo Ancelotti del Real Madrid se convirtió en un momento cargado de emociones que se vivió intensamente en el Santiago Bernabéu. La atmósfera era palpable, y lo que no se vio tras el pitido final ha dejado a los aficionados con el corazón encogido. Modric, visiblemente afectado, rompió en llanto mientras sus hijos se aferraban a él, desbordando lágrimas de tristeza. Pero eso no fue todo: el dolor compartido se extendió entre sus compañeros, como Jude Bellingham, quien no pudo contenerse y abrazó a la leyenda croata durante más de 15 segundos.
La despedida fue un verdadero espectáculo de emociones, donde las lágrimas de Ancelotti apenas se hicieron visibles, reflejando el profundo vínculo que creó con el club y sus jugadores. Florentino Pérez, con pañuelo en mano, y otros miembros del equipo también se unieron a este clima de desconsuelo, evidenciando el peso de este adiós.
Entre los instantes más conmovedores, se destacó la interacción entre Modric y Kylian Mbappé, quien, en un gesto de camaradería, logró arrancar una sonrisa a los hijos del croata en un momento de pura tristeza. Mientras tanto, Toni Kroos se mantuvo al margen, sabiendo que el protagonismo debía ser para otros, aunque su presencia fue fundamental.
El estadio se paralizó cuando la familia de Modric apareció en el túnel, marcando el instante culminante de una carrera llena de gloria. Ancelotti, con lágrimas en los ojos, se despidió de un club que ha sido su hogar, mientras los jugadores hacían un último homenaje a su figura. La imagen de ambos abrazándose quedará grabada en la memoria de los aficionados, simbolizando el final de una era dorada en el Real Madrid.
Este adiós es un recordatorio del legado que dejan Modric y Ancelotti, y aunque el futuro es incierto, la esperanza sigue viva en el corazón de los madridistas. ¡Hala Madrid!