La Cámara de los Lores ha lanzado una petición impactante que podría despojar al príncipe Harry de todos sus títulos reales, marcando un cambio radical en la percepción pública sobre su figura. Esta acción formal se produce tras la reciente y desastrosa entrevista del príncipe en la BBC, en la que los británicos han expresado su frustración ante su continua crítica a la monarquía. La indignación ha alcanzado niveles sin precedentes, llevando a decenas de miles de ciudadanos a firmar una moción que solicita la revocación de su título de duque de Sus𝓈ℯ𝓍.
Lo que comenzó como una simple controversia ha escalado a una crisis constitucional. La Cámara de los Lores, compuesta por figuras influyentes y experimentadas, ha decidido actuar, argumentando que Harry ha traicionado los valores de la corona al aprovechar su título en el extranjero para promover agendas políticas. La ley de privación de 1917, utilizada en el pasado para despojar a nobles que se aliaban con enemigos, se invoca ahora para justificar esta acción.
En el Reino Unido, el 62% de la población apoya la revocación de su título, y este apoyo se intensifica entre las generaciones mayores. Harry, que una vez fue adorado, ahora se encuentra en una encrucijada crítica, enfrentándose a la posibilidad de perder el último lazo que lo une a la monarquía. Fuentes indican que está “furioso” por esta situación, que no solo podría costarle su título, sino también su identidad pública.
El silencio del Palacio de Buckingham es igualmente inquietante, ya que el rey Carlos observa cómo se desarrolla esta situación sin intervenir. A medida que el Parlamento se alinea con el descontento popular, un cambio histórico parece inevitable. Harry podría pronto ser solo “Mr. Harry Windsor”, un hombre sin el brillo de su título. Esta petición no es solo una acción política; es un juicio público que refleja el creciente descontento con un príncipe que, tras dejar la familia real, ha optado por una vida de celebridad y controversia. La historia está en juego, y el tiempo se agota.