Charles Leclerc, el piloto estrella de Ferrari, ha expresado su frustración tras la carrera del Gran Premio de Imola, donde no recibió el apoyo esperado del equipo durante la aparición del Safety Car. En un momento crítico de la competencia, Leclerc se sintió dejado de lado, observando cómo su rival Lewis Hamilton, con Mercedes, aprovechaba la situación para avanzar en la clasificación. La tensión entre los dos campeones se ha intensificado, y las comparaciones son inevitables.
Leclerc, visiblemente afectado, comentó sobre la necesidad de una estrategia más sólida de Ferrari para maximizar sus oportunidades en pista. “El coche se sintió genial, pero teníamos que haber hecho más cuando el Safety Car salió”, dijo. La frustración del monegasco se hace eco entre los aficionados, quienes ven en esta situación una falta de apoyo estratégico que podría haberle permitido luchar por un mejor resultado.
Mientras tanto, Hamilton, que regresó a la pista vestido de rojo, disfrutó de un gran respaldo del público, lo que aumentó aún más la presión sobre Leclerc. “Es un honor estar aquí, pero quiero dar lo mejor para el equipo”, expresó el británico, dejando claro que su objetivo es seguir mejorando y competir al más alto nivel.
El ambiente en Imola se volvió electrizante, con los aficionados apoyando fervientemente a ambos pilotos. Sin embargo, la sombra de la rivalidad y la presión sobre Ferrari para ofrecer un rendimiento superior son más evidentes que nunca. ¿Podrá Leclerc encontrar la forma de canalizar su frustración en los próximos grandes premios, o seguirá sintiéndose atrapado en la sombra de su rival? La próxima carrera se perfila como un momento decisivo para el futuro de ambos pilotos en esta temporada de Fórmula 1.