En una intervención contundente, Mirtha Legrand no escatimó críticas hacia la ministra Patricia Bullrich, señalando la creciente represión en el Congreso y el alarmante aumento de la inseguridad en Argentina. La conversación, cargada de emociones y realidades sociales, expone la angustia que sienten los ciudadanos frente a la violencia institucional, que parece haberse normalizado en la vida cotidiana.
Legrand, que lleva más de tres décadas trabajando en el ámbito del periodismo policial, destacó cómo la violencia ha permeado todos los estratos de la sociedad, desde los altos mandos hasta los ciudadanos más vulnerables. “La Argentina se ha convertido en un país violentamente acostumbrado a la violencia”, afirmó, mientras recordaba imágenes desgarradoras de la policía utilizando gas lacrimógeno contra una niña o golpeando a un anciano en las manifestaciones frente al Congreso. Este tipo de violencia, que debería ser inaceptable, se ha vuelto tan común que muchos ya no se sorprenden.
La charla también abordó la desesperación de los ciudadanos que, al salir a la calle, sienten miedo constante y se ven obligados a estar alertas ante cualquier amenaza. Mirtha expresó su pena por aquellos que, como los “trapitos”, luchan por sobrevivir en un entorno hostil y desafiante, donde la dignidad parece haberse perdido.
El llamado de Legrand es un grito de auxilio para aquellos que, atrapados en esta espiral de violencia, buscan respuestas y soluciones. La necesidad de un cambio cultural y educativo se vuelve apremiante, ya que la violencia no solo se manifiesta en la calle, sino que también se refleja en la falta de valores que se transmiten desde las instituciones. Con su crítica, Mirtha Legrand no solo visibiliza una problemática urgente, sino que también invita a la reflexión sobre el futuro de una Argentina que, en medio de la desesperanza, clama por una solución.