En un giro inesperado y profundamente conmovedor, el Papa León XIV sorprendió a todos al convocar a la Guardia Suiza en sus primeras horas de pontificado, rompiendo el protocolo tradicional. A tan solo unas horas de haber sido presentado al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el nuevo Papa, visiblemente fatigado pero determinado, se acercó a sus protectores con un mensaje cargado de urgencia y vulnerabilidad.
Mientras el aire en el Vaticano se llenaba de celebraciones, el pontífice solicitó ver a todos los miembros de la Guardia de inmediato, un acto sin precedentes que reflejó su deseo de forjar una conexión auténtica con aquellos que lo custodian. Con sus ojos cansados pero llenos de una renovada determinación, León XIV habló desde el corazón, recordando la importancia de no tener miedo de proclamar el evangelio en un mundo que a menudo rechaza la verdad.
En un momento que nadie esperaba, el Papa se alejó del protocolo ceremonial y se dirigió directamente a los guardias, compartiendo su propia vulnerabilidad. Admitió haber sentido miedo durante el cónclave, un reconocimiento impactante para un líder que muchos consideran infalible. Sin embargo, su mensaje fue claro: la Iglesia enfrenta una batalla espiritual sin precedentes, y es vital que todos se unan en oración y acción.
León XIV instó a sus protectores a empuñar no solo alabardas, sino también la poderosa oración de San Miguel Arcángel, una declaración de guerra espiritual contra las fuerzas que amenazan la fe. Su voz resonó con fuerza mientras recitaba la oración en español, un gesto que unió a todos en un momento de profunda conexión y compromiso.
El impacto de sus palabras se sintió en toda la sala, donde la vulnerabilidad del Papa transformó a los guardias en defensores de una misión espiritual. Este primer día de León XIV no solo marcó el inicio de un nuevo pontificado, sino que también estableció un precedente de cercanía y valentía ante los retos que enfrenta la Iglesia en el mundo contemporáneo. La historia acaba de comenzar, y el mundo observa con expectación.