El futuro de Lewis Hamilton en la Fórmula 1 se encuentra al borde del abismo. Apenas cinco carreras en la temporada 2025, sus esperanzas de conseguir un octavo título, que lo convertiría en el más grande de la historia, se desvanecen rápidamente. Tras dejar Mercedes, donde cosechó 12 años de éxitos, el piloto británico se enfrenta a un abrumador desafío en Ferrari, donde su compañero Charles Leclerc lo ha superado consistentemente en cada carrera.
La diferencia entre lo que se esperaba y la dura realidad es abismal. Hamilton ocupa actualmente la séptima posición en el campeonato de pilotos, luchando no solo por mejorar su auto, sino también por superar a un compañero que parece tener un rendimiento superior. Johnny Herbert, ex piloto de F1, no se contuvo al afirmar que 2026 podría ser la última oportunidad de Hamilton para alcanzar el título. A sus 40 años, la cuestión no es solo su destreza al volante, sino si aún puede competir al más alto nivel.
Los números son alarmantes: Hamilton ha quedado atrás en las clasificaciones y las carreras, incluso registrando un retraso de 31 segundos en una reciente competencia. Sus problemas van más allá de lo técnico; su confianza parece estar en declive, un hecho evidente en el circuito de alta velocidad de Jeddah. Mientras su compañero muestra una impresionante consistencia, Hamilton se siente perdido, incapaz de encontrar respuestas a sus dificultades.
En una reflexión honesta después de la carrera en Arabia Saudita, Hamilton describió su experiencia como “horrible” y “no disfrutable”, anticipando más problemas en el horizonte. La presión aumenta y la posibilidad de un cuarto año sin título se cierne sobre él, alimentando un ciclo de dudas que podría ser devastador. Con cada carrera que pasa, la leyenda de Hamilton se enfrenta a un momento decisivo: ¿puede reinventarse y recuperar la grandeza, o el tiempo se le está escapando?