**La última actuación de Rubby Pérez: un eco de tragedia en el merengue**

En un giro desgarrador del destino, la última canción de Rubby Pérez, “De color de rosa”, se convirtió en un lamento colectivo tras el colapso del Jetset Club el 8 de abril de 2025, un evento que ha dejado a la comunidad del merengue en estado de shock. La trágica noche, que comenzó con alegría y euforia, terminó en caos cuando el techo del club emblemático de Santo Domingo se derrumbó, llevándose consigo la vida de 218 personas, entre ellas la del icónico músico y su saxofonista, Luis Emilio Solís.

Testigos presenciales han descrito la atmósfera festiva antes del desastre: el Jetset vibraba con el ritmo contagioso del merengue mientras Rubby, acompañado de su hija Selinca, deslumbraba a su público. Sin embargo, la alegría se transformó en horror a la 1 de la mañana, cuando el colapso dejó a los presentes en un silencio mortal, interrumpiendo así lo que muchos consideraban una noche memorable.

Alba Joseln Olguin, sobreviviente del evento, relató cómo la energía de Rubby llenaba el lugar, evocando recuerdos de juventud y alegría que pronto se convirtieron en memoria trágica. Los rumores de una posible premonición han surgido, alimentando la especulación sobre si Rubby realmente sintió que esta podría ser su última actuación. Según su hija, días antes del show, él había compartido su deseo de que sus hijos formaran un grupo musical, un legado que ahora parece aún más significativo.

Mientras el país llora la pérdida de una de sus voces más queridas, la música de Rubby Pérez ha visto un resurgimiento, con un aumento del 40% en las reproducciones de sus clásicos en Spotify, demostrando que su legado aún resuena en el corazón de muchos. La tragedia ha puesto en el centro del debate la seguridad en los espacios de entretenimiento, un recordatorio inquietante de la fragilidad de los momentos de felicidad.

El luto se siente no solo por la pérdida de un artista, sino también por el impacto colectivo en la cultura dominicana. La historia de Rubby Pérez es una invitación a reflexionar sobre la vida, la música y la importancia de mantener vivas las tradiciones, mientras su última canción se convierte en un eco de nostalgia y resiliencia en el merengue.