Miguel Marte, director de la Defensa Civil en Santo Domingo Norte, ha hablado por primera vez sobre el desgarrador hallazgo del cuerpo de Rubby Pérez, quien quedó atrapado bajo los escombros tras el colapso de una estructura. Su relato, cargado de emoción y dolor, revela la cruda realidad de un rescate que se tornó en tragedia. “Él falleció al instante”, confesó Marte, visiblemente afectado, mientras pedía respeto por el fallecido y su familia.
La escena que presenció Marte fue caótica: gritos, llantos y un polvo denso que cubría el horror del desastre. “Cuando llegué, supe que esta imagen me perseguiría para siempre”, recordó. Pese a la adversidad, su instinto lo llevó a entrar en la zona restringida, donde finalmente halló el cuerpo de Rubby, rodeado de vigas de concreto que amenazaban con colapsar en cualquier momento.
La búsqueda de Rubby se convirtió en una misión de respeto y dignidad. “No solo era un rescate, era un acto de humanidad”, enfatizó Marte. La imagen de los lentes de Rubby, intactos entre los escombros, se grabó en su mente como un símbolo de la vida que se había perdido.
Con cada cuerpo que extraían, el dolor se hacía más palpable. “Los verdaderos rescatistas no tenemos manos para robar, solo para rescatar”, defendió Marte, ante las acusaciones de desinformación que circularon tras la tragedia. “Debemos ser más humanos y compasivos, porque un día estás con tus seres queridos y al siguiente, removiendo los restos de alguien que representó alegría para muchos”, reflexionó con voz entrecortada.
Las palabras de Miguel Marte no solo son un testimonio del horror, sino un llamado a la empatía en momentos de crisis. Este rescate, marcado por la valentía y el sacrificio, nos recuerda que detrás de cada tragedia hay vidas y emociones que merecen ser respetadas.