Entre los bienes más preciados que dejó Rubby Pérez tras su lamentable fallecimiento, destaca una hermosa casa de campo que pertenecía al artista y que.
Según fuentes cercanas, fue dejada en herencia a su hija menor, Ana Beatriz, fruto de su relación con la diseñadora Michelle Reynoso.
Ubicada en un entorno natural privilegiado, esta propiedad representa mucho más que lujo y comodidad.
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Es el símbolo de un padre que, aun en vida, pensaba en asegurar el futuro de su hija más pequeña.
La casa, valorada en varios millones, cuenta con amplios jardines, piscina, terraza panorámica y espacios diseñados para el descanso, la reunión familiar y la conexión con la naturaleza.
Según quienes lo conocían, Rubby solía visitar este refugio para alejarse del ruido de la ciudad, compartir momentos especiales en familia y recargar energías entre giras y compromisos.
Allí, Ana Beatriz vivió momentos inolvidables con su padre, que hoy adquieren un valor emocional incalculable.
La propiedad está registrada a nombre de su hija, un gesto que demuestra la previsión y el profundo amor del cantante por su familia.
Esta casa de campo no solo representa una herencia material, sino también una herencia de amor, recuerdos y raíces.
Mira el video y conoce cada rincón de esta joya familiar