El mundo del fútbol está repleto de historias de éxito y gloria, pero también hay relatos tristes sobre jugadores que, tras alcanzar la fama y la fortuna, terminaron en la miseria. En este contexto, resalta el caso de siete futbolistas que, a pesar de haber disfrutado de un estilo de vida lujoso, perdieron todo por decisiones erróneas, adicciones y traiciones.
Uno de los ejemplos más impactantes es el de Garrincha, el legendario brasileño cuyo talento en el campo fue eclipsado por su lucha contra el alcoholismo. A pesar de ser una figura icónica en el Botafogo y en la selección brasileña, su vida personal estuvo marcada por excesos y tragedias, culminando en su muerte a los 49 años debido a cirrosis hepática.
Otro caso notable es el de George Best, el talentoso irlandés que brilló con el Manchester United. Su vida se desmoronó a causa del alcohol, que afectó tanto su carrera como su salud, llevándolo a un trágico final en 2005. Diego Maradona, aclamado como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, también enfrentó una vida llena de excesos y adicciones, que acabaron por deteriorar su salud y llevarlo a la muerte en 2020.
Por su parte, Sócrates, el brillante futbolista brasileño y médico, luchó contra sus propios demonios, siendo su amor por el alcohol un factor que contribuyó a su prematura muerte en 2011. Paul Gascoigne, famoso por su talento en el campo, también padeció problemas de salud mental y adicción al alcohol, lo que afectó gravemente su vida personal y profesional.
Eusébio, el gran goleador portugués, si bien no murió en la miseria, enfrentó desafíos financieros tras la revolución en su país, que le costaron gran parte de su fortuna. Finalmente, Andrés Escobar, quien tuvo un trágico destino, fue asesinado tras un gol en propia puerta en el Mundial de 1994, un recordatorio sombrío de cómo las presiones del fútbol pueden llevar a desenlaces devastadores.
Estas historias sirven como una dura lección sobre la fragilidad de la fama y la riqueza en el mundo del deporte, donde los excesos y las decisiones equivocadas pueden transformar el éxito en tragedia.