Theodore, un hombre exitoso, abandona a su hijo pequeño, Lucas, en una carretera desierta, impulsado por una oscura decisión vinculada a su pasado. El área que rodea el lugar de abandono es conocida por su antiguo bosque, del que se dice que habita una criatura que protege a los inocentes y juzga a los culpables.
Después de que Lucas se queda atrás, un lobo se acerca al niño, mostrando un cuidado y una calidez inesperados, lo que sugiere un instinto protector hacia el bebé abandonado. Después del abandono, Theodore se ve acosado por sentimientos de inquietud y culpa, que se manifiestan como visiones de sus decisiones pasadas y de las personas a las que ha lastimado.
Theodore regresa al bosque, donde se encuentra con el lobo, que actúa como un juez silencioso, obligándolo a enfrentar las consecuencias de sus acciones. En el bosque, Theodore ve apariciones de Isabella, su antiguo amor, y otras figuras de su pasado, cada una representando el dolor de sus decisiones y la vida que abandonó.
Finalmente, Theodore recibe una segunda oportunidad para redimirse, al darse cuenta de que la verdadera realización radica en el amor y el sacrificio, lo que lo lleva a abrazar a su hijo y buscar un nuevo comienzo.