Se conocieron en el set del vídeo musical Escape de la cantante española en 2001.
Y el viernes por la noche, la estrella del tenis Anna Kournikova, de 35 años, dejó en claro que no tiene intenciones de huir de su relación de larga data con Enrique Iglesias, de 41 años, cuando ambos compartieron momentos tiernos mientras salían del restaurante The Palm en Beverly Hills.
Mientras la enamorada pareja se dirigía a una camioneta, el creador del éxito de Bailamos abrazó a su amada, sosteniendo su delicada mano mientras la transportaba a través de una multitud de fanáticos.
Momentos íntimos: El viernes por la noche, la estrella del tenis Anna Kournikova, de 35 años, y su novio de toda la vida, Enrique Iglesias, de 41, disfrutaron de una cita nocturna en el restaurante The Palm en Beverly Hills.
La bomba rubia mostró sus piernas perfectas con un par de pantalones negros ajustados, que presentaban rasgaduras estratégicas en las rodillas.
Alargó su figura de 1,73 metros con un par de tacones negros con tiras, que dejaban al descubierto sus dedos perfectamente pedicurados y su esmalte rojo brillante.
La bella nacida en Moscú, que apareció en la portada de la edición de trajes de baño de Sports Illustrated en 2004, llevaba una blusa blanca transparente que dejaba entrever un ligero indicio del sujetador negro que se escondía debajo.
Ella recogió sus hermosos mechones rubios en una cola de caballo sencilla, exponiendo sus raíces oscuras y despejando el camino para que su cutis sin arrugas brillara.
De esta manera: mientras la pareja enamorada se dirigía a una camioneta, el creador del éxito de Bailamos abrazó a su amada, apoyando su mano en su espalda baja mientras la transportaba a través de una multitud de fanáticos.
Impresionante: La bomba rubia mostró sus piernas perfectas con un par de pantalones negros ajustados, que presentaban rasgaduras estratégicas en las rodillas.
Enrique, nacido en Madrid, lució relajado con su atuendo totalmente gris, combinando unos vaqueros grises con una sudadera con capucha gris carbón que ocultaba una camisa plateada brillante.
Enrique, siempre caballeroso, amablemente se detuvo a firmar autógrafos al salir del restaurante, para el deleite de la creciente multitud.
Su generoso acto se debe en parte a su conocido encanto y buen humor, pero también puede deberse a otra noche encantadora en The Palm, un lugar de moda entre las celebridades donde pudo disfrutar de una suculenta langosta de Nueva Escocia y un excelente filete de tira de Nueva York de corte doble.
Tan amable: Siempre caballeroso, Enrique amablemente se detuvo a firmar autógrafos al salir del restaurante, para el deleite de la creciente multitud.
Coordinado: Enrique, nacido en Madrid, lució relajado con su atuendo totalmente gris, combinando jeans grises con una sudadera con capucha gris carbón, que ocultaba una camisa plateada brillante.
Mujer de piernas largas: alargó su figura de 1,73 m con un par de tacones negros con tiras, que dejaban al descubierto sus dedos perfectamente pedicurados y su esmalte rojo brillante.
Aunque Anna y Enrique son notoriamente reservados sobre su relación, ella ha lucido durante meses un gran anillo de diamantes y una banda de eternidad a juego en su dedo anular.
Sin embargo, en el pasado Enrique ha dejado claro que la fortaleza de su relación no depende de casarse.
De hecho, en 2014, el cantante dijo: ‘Cuando has estado con alguien durante tanto tiempo, no creo que [el matrimonio] vaya a acercarnos más’.
“No creo que vaya a hacernos más felices”.
Pero después de que sus comentarios aparecieran en los titulares, añadió: “Somos extremadamente felices como somos. No estoy en contra del matrimonio de ninguna manera. No lo he descartado, pero si eres feliz, no creo que [el matrimonio] realmente marque la diferencia”.
Con calma: recogió sus hermosos mechones rubios en una cola de caballo sencilla, exponiendo sus raíces oscuras y despejando el camino para que su cutis sin arrugas brillara.
Peek-a-boo: La belleza nacida en Moscú, que apareció en la famosa portada de la edición de trajes de baño de Sports Illustrated en 2004, llevaba una blusa blanca transparente, que dejaba entrever un leve indicio del sujetador negro que se escondía debajo.