El detective de Boston Frank Shaw (Joel Kinnaman) vuelve al trabajo después de sufrir una lesión que le cambió la vida y le dejó una pérdida auditiva permanente.
Encargados de interpretar a Ava Fremont (Sandra Mae Frank), una testigo sorda de un brutal asesinato cometido por una pandilla, se encuentran acorralados en un edificio de apartamentos que pronto será declarado inhabitable cuando los asesinos regresan para eliminarla. Aislados del mundo exterior, estos dos extraños deben apoyarse el uno en el otro para burlar a los asesinos que no pueden oír, con el único fin de tener la esperanza de salir con vida.