El mundo del boxeo mexicano se ha teñido de luto y desconcierto. 💔
Tony de Torreón, el joven boxeador de 28 años que prometía convertirse en una estrella, fue hallado sin vida en su habitación de hotel en Phoenix, Arizona, pocas horas después de haber subido al ring. Pero lo que más ha estremecido a todos no es solo su muerte… sino las circunstancias inexplicables que la rodean.
Fuentes cercanas aseguran que Tony había recibido una llamada extraña la noche anterior, minutos después de su combate contra Philip Vela. Algunos testigos dicen que lo vieron hablar solo, visiblemente alterado, como si presintiera algo. Horas más tarde, su cuerpo fue encontrado… y en la mesa de noche, un papel con una sola frase escrita:
“No todos los golpes vienen del ring.”
La noticia golpeó profundamente a Julio César Chávez, quien consideraba a Tony como “un hijo más”. Lo había entrenado, aconsejado y apoyado en su carrera. Pero esta tragedia llega justo cuando el legendario campeón atraviesa su propio infierno familiar, con su hijo Chávez Jr. enfrentando problemas legales y personales en Estados Unidos.
“Ya no puedo más…”, habría dicho Chávez entre lágrimas, según personas de su entorno.
El boxeador confesó sentirse “roto por dentro”, asegurando que Tony le recordaba sus primeros años, su lucha contra los excesos y sus propias caídas.
Mientras las autoridades investigan lo ocurrido, el público se pregunta:
¿Fue un accidente, o alguien quiso silenciar a Tony?
Los rumores crecen en redes sociales, y algunos aseguran que el joven había denunciado presiones y amenazas del mundo del boxeo clandestino.
Hoy, México despide a un guerrero que luchó hasta el final — dentro y fuera del cuadrilátero.
Y Julio César Chávez, el gran campeón, se enfrenta a su noche más oscura, intentando entender cómo la vida puede golpear tan duro… incluso a los más fuertes.