Meghan y Harry, en el centro de una tormenta mediática, están siendo acusados de convertir sus intentos de reconciliación con la familia real en un mero truco publicitario. La biógrafa del príncipe Harry, Angela Levan, ha revelado que el duque está presionando a su padre, el rey Carlos, enfermo de cáncer, con exigencias que parecen más un intento de mejorar su imagen pública que un deseo genuino de paz familiar.
Fuentes cercanas al Palacio de Buckingham han calificado la oferta de Harry como una estrategia manipuladora, sugiriendo que el propio príncipe filtró información sobre su “rama de olivo” para acaparar titulares. El insider de Hollywood Rob Shooter ha afirmado que el palacio ve a Harry como alguien que busca protagonismo en lugar de una verdadera reconciliación. Esta situación ha estallado justo cuando Harry planeaba un viaje a Angola, coincidiendo con el cumpleaños de la reina Camila, lo que muchos consideran una jugada calculada para desviar la atención hacia él.
Los rumores de un nuevo conflicto se intensifican, ya que se afirma que el rey no cederá ante las demandas de su hijo, quien ha roto una de las reglas de oro de la familia: no hablar ni filtrar información. La respuesta del palacio es clara: no hay interés en abrir las puertas a Harry, quien ha sido calificado como persona non grata. Mientras el rey lucha contra su enfermedad, Harry parece más enfocado en mantener su relevancia mediática y en generar contenido para sus proyectos, dejando a la familia real en un estado de frustración y desconfianza.
La situación se torna aún más tensa con la posibilidad de que Meghan esté preparando su propio libro, lo que podría reavivar viejas heridas y generar más drama. La familia real ha decidido cortar lazos y mantener una distancia fría, dejando claro que no hay vuelta atrás. La saga de los Sus𝓈ℯ𝓍 se enfrenta a un muro, y la puerta hacia la reconciliación parece cerrarse de manera definitiva.