**Título: ARÍSTEGUI: “Rusia no renunciará jamás al territorio que ya ha invadido y anexionado ilegalmente.”**
La guerra en Ucrania sigue marcando un rumbo sombrío, con Rusia reafirmando su determinación de no ceder territorio conquistado. Gustavo Ada, diplomático, expone la intransigencia de Moscú, que ha tejido un entramado de control sobre las regiones invadidas, convencido de que cualquier negociación no incluirá las tierras anexionadas. Este enfoque ha sido respaldado por un informe del FSB que sugiere que las acciones bélicas se extenderán hasta, al menos, enero de 2026, un plazo que plantea interrogantes sobre los verdaderos objetivos de Putin.
El conflicto no solo ha resultado en una crisis humanitaria, sino que también ha desestabilizado la política interna de Ucrania. La lucha de poder en el gobierno de Zelenski, con enfrentamientos entre los líderes clave, podría debilitar la resistencia ucraniana. A esto se suma la interrupción en el suministro de armamento esencial, lo que podría poner en riesgo la defensa del país frente a las continuas incursiones rusas.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con creciente preocupación. Estados Unidos ha comenzado a reactivar el envío de armas defensivas y ofensivas a Ucrania, un movimiento que refleja la urgencia de contrarrestar la agresión rusa. Además, la Unión Europea ha aprobado un nuevo paquete de sanciones que busca asfixiar la economía bélica de Moscú, apuntando directamente al sector bancario y energético.
La situación en Gaza también se entrelaza en este contexto de tensiones globales. La prolongación del conflicto y la falta de un plan claro por parte de Israel generan un escenario caótico que agrava la crisis humanitaria. La comunidad internacional se enfrenta a un dilema: cómo abordar múltiples crisis simultáneamente, desde la invasión rusa hasta la situación en Oriente Medio, sin perder de vista las complejidades de cada conflicto.
El llamado a una tregua en Gaza y la necesidad de una estrategia de salida son más urgentes que nunca, mientras el mundo observa cómo las decisiones políticas internas y las dinámicas de poder global siguen moldeando el futuro de millones. La lucha por la paz y la estabilidad es más crucial que nunca en un panorama donde la guerra y la política parecen entrelazarse de manera inextricable.