En un giro escalofriante que ha dejado a todos boquiabiertos, las cámaras captaron un fenómeno inexplicable durante el velorio del futbolista portugués Diogo J. En un ambiente cargado de tristeza y respeto, el ataúd del jugador comenzó a moverse, desatando el caos y el pánico entre los presentes. El momento, que parecía sacado de una película de terror, fue documentado por un camarógrafo que, visiblemente aturdido, bajó la cámara en un intento de protegerse de lo que estaba ocurriendo.
El velorio, realizado en la capilla de Sao Vicente en Braga, se transformó de un acto de duelo a una escena de terror absoluto. Testigos afirman que, alrededor de las 3:17 de la tarde, un grito desgarrador rompió el silencio: una mujer, identificada como Marisa Loureiro, clamó al ver cómo el ataúd se movía. La reacción fue inmediata; algunos retrocedieron, otros lloraron y un grupo, presa del pánico, huyó del lugar.
Pero lo más inquietante fue la actitud de la viuda, Rute Cardoso, quien permaneció impasible, observando la escena con una frialdad que pronto generó especulaciones. Mientras el caos se desataba, ella desapareció por una puerta lateral, dejando a muchos preguntándose si sabía más de lo que estaba dispuesta a mostrar.
A la confusión se sumó la revelación de un exmédico forense que presentó documentos que cuestionan la autopsia realizada a Diogo J. Según él, había signos que indicaban que el futbolista podría no haber estado completamente muerto en el momento de su examen, sugiriendo la aterradora posibilidad de que hubiera sido enterrado vivo. La noticia ha causado un revuelo mediático, alimentando teorías y debates sobre la verdad detrás de su muerte.
El misterio de Diogo J. ha capturado la atención del mundo, y cada nuevo detalle solo añade más preguntas a un caso que ya es un fenómeno viral. La línea entre la vida y la muerte se ha vuelto más difusa, dejando a todos en un estado de incertidumbre y asombro.