Rusia ha respondido con firmeza a la reciente amenaza del expresidente estadounidense Donald Trump, quien anunció la imposición de un arancel adicional del 10% a los países que apoyen las políticas de los BRICS. En medio de una creciente tensión internacional, Putin enfatizó la transformación del orden mundial hacia un sistema multipolar durante la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, donde líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se reunieron para discutir su cooperación económica y política.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó que la unión de los BRICS no está dirigida contra terceros países, desestimando las afirmaciones de Trump. “La cooperación de los BRICS nunca ha estado ni estará dirigida contra terceros”, afirmó. Mientras tanto, China también se opone a la utilización de aranceles como herramienta de presión, advirtiendo que estas medidas perjudican a todos.
La situación en Ucrania se complica aún más, con informes de caos en el gobierno de Zelenski y ataques aéreos rusos que han desestabilizado la región. Las fuerzas rusas han logrado avances significativos, capturando localidades clave y generando un clima de incertidumbre. La lucha interna en el gobierno ucraniano amenaza con ser tan devastadora como el conflicto armado, lo que podría tener repercusiones fatales para el país.
A medida que la presión internacional aumenta, el tiempo se agota. Las cartas arancelarias de Trump se enviarán a varios países, intensificando la crisis económica global. En este contexto volátil, el mundo observa con atención cómo se desarrollan estos eventos críticos, ya que cada decisión podría desencadenar una reacción en cadena que afecte la estabilidad internacional. La urgencia es palpable y el futuro de las relaciones internacionales pende de un hilo.