**Claves del día: El juego peligroso de Trump, la realidad sobre Irán y el plan oculto de las élites**

En una mañana tensa, Donald Trump ha encendido alarmas al afirmar que Irán podría reactivar su programa nuclear en cuestión de meses, mientras la OIEA confirma daños significativos en sus instalaciones. La situación geopolítica se complica, con el dólar estadounidense tambaleándose ante un creciente movimiento de desdolarización liderado por China. En medio de esta tormenta, Trump parece jugar con fuego, arriesgando la hegemonía del dólar y su propia reelección, mientras los mercados bursátiles siguen en alza, ignorando los peligros inminentes.

La OIEA ha alertado sobre la posibilidad de que Irán relance su programa nuclear, lo que podría desatar una crisis internacional. Mientras tanto, la economía estadounidense enfrenta un dilema: el dólar se debilita, coqueteando con niveles críticos, y el plan fiscal de Trump, que podría añadir billones al déficit, genera divisiones en el Partido Republicano. Elon Musk ha criticado abiertamente este megaproyecto, señalando que podría ser un desastre financiero.

El ambiente es explosivo. La reunión de la ONU en Sevilla destaca el multilateralismo como respuesta a la creciente influencia china, que busca desplazar al dólar en el comercio internacional. El yuan digital y el euro digital emergen como alternativas, mientras el dólar pierde su estatus de moneda de reserva.

El panorama es sombrío. Los estadounidenses, incluso aquellos en el 10% más rico, sienten la presión de una economía que no responde a sus expectativas. La inflación y los altos costos de vida están empobreciendo a la población, a pesar de la ilusión de riqueza. La insatisfacción social crece, y el modelo económico parece estar al borde del colapso.

Mientras tanto, la tensión en Ucrania se intensifica con ataques rusos, y el conflicto en Gaza añade más incertidumbre a un mundo ya inestable. La situación es crítica y cada movimiento cuenta. La pregunta es: ¿hasta dónde llegará Trump en su arriesgada jugada? La respuesta podría determinar el futuro económico y político de Estados Unidos y del mundo.