**¡Crisis en la Cancillería! Los Sindicatos de Petro se Levantan Contra Laura Sarabia**
La ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, se encuentra en el ojo del huracán tras la declaración de asamblea permanente por parte de los sindicatos del Ministerio, quienes han decidido implementar un “plan tortuga” en respuesta a la alarmante situación laboral que enfrentan. Los diplomáticos colombianos, que representan al país en el exterior, se encuentran en una encrucijada, incapaces de cubrir sus necesidades básicas debido a la reducción de salarios que data desde 2014.
El Sindicato de Empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores (SEMBEX) y la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular (Unidiplo) han emitido un comunicado conjunto que revela la crítica situación que atraviesan. Con una carga laboral excesiva y la falta de personal, los trabajadores exigen modificaciones urgentes a la normativa vigente, que no se ha ajustado a la realidad económica actual. “El servicio exterior es un trabajo digno y debe ser tratado como tal”, claman los sindicatos, mientras la paciencia del personal se agota.
La raíz del conflicto se encuentra en el artículo 7 del decreto 2348 de 2014, que regula el cálculo de la prima de costo de vida, un beneficio esencial para quienes laboran en el extranjero. La falta de respuesta del gobierno ha llevado a los sindicatos a escalar sus acciones, buscando visibilizar sus reclamos a través de una desaceleración controlada de las labores administrativas.
A pesar de los intentos de diálogo con las autoridades, los sindicatos insisten en que las soluciones propuestas no abordan el problema de fondo. “Hemos presentado alternativas viables, pero la implementación depende exclusivamente del gobierno nacional”, afirmaron, dejando claro que la situación es insostenible.
Este nuevo frente de tensión se suma a los múltiples desafíos que enfrenta Laura Sarabia, en un contexto donde las demandas laborales han crecido en varios sectores del Estado. Los funcionarios del servicio exterior esperan una respuesta concreta que les permita recuperar su estabilidad económica y continuar desempeñando sus funciones con dignidad. La presión está sobre la mesa, y el tiempo corre. ¿Responderá el gobierno a estas urgentes demandas? La respuesta puede determinar el futuro del cuerpo diplomático colombiano.