En un giro alarmante para la democracia colombiana, nueve partidos políticos han anunciado que no reconocen al gobierno de Gustavo Petro como garante del proceso electoral tras el atentado contra el senador Miguel Uribe. Esta decisión, que incluye a fuerzas como el Liberal, Conservador, Centro Democrático, Cambio Radical, La U, Colombia Justa Libres, Mira, y La Liga, marca un punto de quiebre en la relación entre la oposición y el gobierno, intensificando la crisis política en el país.
Los líderes de estas agrupaciones expresaron su indignación en una declaración conjunta, afirmando que “no hay garantías” bajo la administración actual. En un tono de confrontación, advirtieron que acudirán al procurador general para que presida la Comisión Nacional de Vigilancia y Control Electoral, desestimando la autoridad del ministro del Interior, Armando Benedetti. “Sentimos que el gobierno alimenta un clima de polarización y odio”, señalaron, exigiendo medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los opositores.
El expresidente César Gaviria también criticó duramente a Petro, acusándolo de fomentar un ambiente hostil que socava la responsabilidad del cargo. En medio de esta tensa situación, Benedetti alertó sobre la posibilidad de más atentados, describiendo el ataque a Uribe como un “primer eslabón” en una cadena de violencia política.
La crisis se agrava con la falta de consenso en la Comisión de Seguimiento Electoral, cuya reunión fue marcada por la ausencia de los partidos opositores. El procurador, al tomar la palabra, instó a la oposición a participar y buscar soluciones conjuntas, pero el clima de desconfianza persiste. La situación actual plantea serias interrogantes sobre el futuro de la estabilidad democrática en Colombia, mientras el país observa con preocupación el desenlace de esta crisis política sin precedentes.