Una nueva tormenta se cierne sobre Wanda Nara, y esta vez no proviene de su vida personal ni de Mauro Icardi, sino de su propia base de seguidores. En un giro inesperado, la influencer y empresaria enfrenta serias acusaciones de fraude a través de su plataforma de ventas, Wanda Shop. La denuncia, realizada por una consumidora llamada Analía Ragonesi, ha comenzado a circular rápidamente en las redes sociales, donde muchos usuarios se han sumado a la queja, sintiéndose estafados tras realizar compras que jamás llegaron.

El 1 de mayo, Analía realizó un pedido a través del enlace que Wanda promocionaba en sus historias de Instagram. Según la denunciante, se le prometió que recibiría su compra entre el 2 y el 5 de mayo, pero hasta el 23 de mayo, no había recibido nada, ni respuesta a sus mensajes. Sus intentos de contacto con la tienda se encontraron con un error en la página web, dejando a los compradores en la incertidumbre y frustración.

La situación ha desencadenado una ola de testimonios de otros compradores que, como Analía, han realizado pedidos sin recibir sus productos. Con miles de seguidores en Instagram, Wanda ha creado un vínculo de confianza con su público, quienes ahora se sienten traicionados por lo que consideran una estafa. La denuncia ha sido formalizada en Defensa al Consumidor, y las pruebas aparentemente son contundentes.

Este escándalo no solo pone en riesgo la reputación de Wanda, sino que también plantea preguntas sobre la gestión de su marca y la calidad de los servicios que ofrece. El público, que una vez se sintió identificado con la figura de la empresaria, ahora se encuentra decepcionado, esperando respuestas y soluciones. La situación se convierte en un recordatorio de la delgada línea entre la admiración y la desilusión en el mundo de las celebridades y el comercio digital. La historia de Wanda Nara sigue desarrollándose, y todos los ojos están puestos en cómo responderá ante esta nueva crisis.