Frank Reyes, el reconocido “príncipe de la bachata”, ha hecho un anuncio que ha dejado a todos boquiabiertos: ha adquirido 200 vacas que pertenecían al icónico Rubby Pérez, una figura legendaria de la música. Este emocionante giro de los acontecimientos no solo resalta la conexión entre estos dos artistas, sino que también subraya la pasión de Rubby por la vida del campo y los animales, un amor que dejó una huella imborrable en su legado.
Las vacas, que Rubby Pérez compró en vida por la asombrosa suma de 11 millones de pesos, ahora han sido vendidas por un impresionante monto de 16 millones. La familia de Rubby, reconociendo la afinidad de Frank por la vida rural, tomó la decisión de venderle este notable patrimonio. Frank, quien ha hecho su fortuna en la bachata, no dudó en ofrecer una suma significativa, resaltando su aprecio no solo por el arte musical, sino también por la conexión con la naturaleza.
Este movimiento no es solo una transacción financiera; es un tributo a Rubby Pérez, quien siempre mostró un profundo amor por el campo y los animales. La compra de estas vacas se convierte en un símbolo de continuidad, una forma de honrar el legado de un artista que vivió con pasión y dedicación. Además, refleja la importancia de la cultura rural en la vida de estos músicos.
Mientras la noticia se propaga, la comunidad de la bachata se une para reflexionar sobre el impacto de Rubby Pérez y la decisión de Frank Reyes. Este gesto no solo subraya el valor monetario de las vacas, sino que también destaca la conexión emocional entre los dos artistas y la vida que ambos eligieron. La compra de estas vacas es un recordatorio poderoso de que la música y la naturaleza pueden entrelazarse, creando un legado que perdurará en el tiempo.