**El Papa detiene el Papamóvil para rescatar a un perro callejero en Ciudad Juárez**
En un giro inesperado que ha conmovido al mundo, el Papa Francisco detuvo su Papamóvil en medio de una multitud en Ciudad Juárez, México, para rescatar a un perro callejero. La escena se desarrolló mientras el Santo Padre cumplía con su agenda en uno de los últimos compromisos de su visita al país. Pero cuando su mirada se posó sobre un pequeño canino, delgado y tembloroso, todo cambió.
La multitud, llena de entusiasmo y devoción, quedó en un silencio absoluto cuando el Papa levantó la mano pidiendo que detuvieran el vehículo. Con una firmeza inesperada, se acercó al perro, que parecía invisible entre la multitud. Sus ojos, llenos de dignidad, se encontraron con los del líder religioso, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse.
Los teléfonos móviles capturaron cada segundo mientras el Papa se agachaba y extendía su mano. El perro, sin miedo, se acercó y le lamió la mano, un gesto que simbolizaba una conexión genuina. El momento trascendió lo protocolar; fue un mensaje poderoso de compasión que resonó en los corazones de todos los presentes.
El Santo Padre no solo vio al perro, sino que lo reconoció como un ser digno de amor y atención. Después de acariciarlo, el Papa pidió que se le proporcionara agua y una manta, y decidió que el perro no podía quedarse allí. En medio de lágrimas y aplausos, el Papa Francisco lo nombró Kiko, un gesto que transformó a ese animal en un símbolo de esperanza.
La conmovedora escena ha capturado la atención de millones en todo el mundo, recordándonos que la verdadera compasión no tiene límites. Mientras el Papa regresaba al Papamóvil, la multitud aplaudía no solo por un acto de bondad, sino por haber sido testigos de un momento que redefine lo que significa el amor y la humanidad. Kiko, el perro rescatado, ahora tiene una nueva vida y un lugar en el corazón de muchos.