Lewis Hamilton, el siete veces campeón del mundo, enfrenta una crisis alarmante en su debut con Ferrari, dejando a los aficionados de la escudería roja en estado de pánico. Tras una actuación decepcionante en el Gran Premio de Arabia Saudita, donde terminó en un doloroso séptimo lugar, Hamilton no pudo ocultar su frustración: “Realmente no tengo mucho que sacar de estas tres semanas, excepto que soy lento”, declaró con un tono de desánimo.
La situación es crítica para el británico, quien se encuentra a 16 puntos de su compañero de equipo, Charles Leclerc, quien logró un podio en la misma carrera. Luego de un inicio de temporada prometedor, con un triunfo en una carrera sprint en China, la realidad ha sido un golpe devastador para Hamilton. “Fue horrible, no fue nada agradable. Solo deslizándome, sin agarre”, confesó, reflejando el caos que ha sido su experiencia al volante del SF25.
Los problemas no cesan: subrayó la falta de velocidad y el desgaste excesivo de los neumáticos, lo que ha llevado a una decepcionante falta de competitividad. “No había equilibrio, y aún así, no tengo ritmo. Es bastante malo”, lamentó en una entrevista con Sky Sports. Con esta racha negativa, el futuro parece sombrío para el piloto y para la escudería que espera que pueda demostrar su verdadero potencial.
La comunidad de la Fórmula 1 observa con inquietud cómo Hamilton, considerado uno de los mejores de la historia, se enfrenta a esta dura realidad. ¿Podrá el ícono británico revertir su situación antes de que sea demasiado tarde? Las próximas carreras serán decisivas para su futuro en Ferrari y para la ansiedad creciente de sus seguidores. La aventura no comenzó como se esperaba, y el tiempo se agota para Hamilton en una temporada que se torna cada vez más dolorosa.