Lewis Hamilton, el icónico piloto de Fórmula 1, ha hecho una impactante confesión que ha dejado a todos boquiabiertos: ¡posee una colección de supercoches valorada en ¡16.5 millones de dólares! En una reciente entrevista, Hamilton reveló no solo su pasión por los vehículos de lujo, sino también su sorprendente aversión a conducir. A pesar de ser uno de los mejores conductores del mundo, admite que prefiere ser pasajero y que rara vez se sienta al volante de sus exclusivos automóviles.

Hamilton, quien cuenta con una impresionante colección que incluye un G-Wagon y un Brabus 800, explicó que su vida llena de viajes y competiciones lo ha llevado a evitar la conducción en su tiempo libre. “Es estresante”, confesó, y agregó que a menudo se siente presionado por el tiempo, lo que lo lleva a acelerar más de lo que le gustaría.

A pesar de su fama y éxito, el siete veces campeón del mundo no se considera un “adrenaline junkie”, ya que disfruta de actividades como el surf para relajarse. Sin embargo, no se detiene ahí: Hamilton también comparte su deseo de experimentar con coches voladores en un futuro, aunque admite tener sus reservas sobre la seguridad de estos vehículos.

Con su estilo de vida agitado y su constante búsqueda de nuevas emociones, Hamilton está comprometido a vivir cada día al máximo, recordando a sus seguidores que “ningún día está prometido”. Su confesión sobre su colección de coches y su relación con la conducción no solo ha captado la atención de los fanáticos, sino que también ha abierto un debate sobre la dualidad entre ser un piloto profesional y disfrutar de la vida fuera de la pista.