El mundo despertó el lunes de Pascua con la impactante noticia de la muerte del Papa Francisco, el 266º líder de la Iglesia Católica, a la edad de 88 años. Su fallecimiento se produjo solo unas horas después de haber aparecido ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro durante las celebraciones de Domingo de Pascua. La noticia fue confirmada por el cardenal Farrell, quien anunció su muerte a las 7:35 a.m. hora local en el Vaticano.
El estado de salud del pontífice había estado deteriorándose desde febrero, cuando fue hospitalizado por neumonía en ambos pulmones, una condición agravada por la cirugía de extracción parcial de un pulmón que sufrió en su juventud en Argentina. A pesar de su fragilidad, pocos esperaban su muerte tan repentinamente tras su aparición pública en la misa de Pascua, donde, en una silla de ruedas, bendijo a las multitudes y envió un mensaje de paz en medio de los conflictos globales.
El viaje de Jorge Mario Bergoglio al papado fue singular. Nacido en Buenos Aires de inmigrantes italianos, trabajó como portero de discoteca y técnico químico antes de unirse a los jesuitas. Se convirtió en el primer papa no europeo en casi 1,300 años, así como el primero de América y el primero jesuita en ocupar el trono de San Pedro. Durante su papado de 11 años, redefinió el papel del Papa, eligiendo vivir en una casa de huéspedes en lugar de los apartamentos papales tradicionales y abogando por los marginados y los pobres.
La muerte del Papa desencadena una serie de rituales que han permanecido prácticamente inalterados a lo largo de los siglos. Sin embargo, Francisco optó por un funeral menos elaborado, eligiendo un ataúd de madera simple en lugar de los tres ataúdes tradicionales. Además, será el primer papa en ser enterrado fuera del Vaticano, eligiendo la Basílica de Santa María la Mayor, reflejando su devoción a María y su deseo de permanecer conectado con el pueblo romano.
Mientras se extiende la noticia de su fallecimiento, tributos de líderes mundiales reconocen su impacto. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó cómo inspiró a millones más allá de la Iglesia Católica. Se espera que en los próximos días, el Colegio de Cardenales se reúna en Roma para elegir a su sucesor en un cónclave que marcará un momento crucial no solo para los católicos, sino para la sociedad global.