Para conmemorar la ocasión, Shakira organizó una fiesta íntima en el salón del hotel donde se hospeda. Las decoraciones estaban inspiradas en la cultura mexicana y se prepararon dos pasteles personalizados, uno para cada niño. El pastel de Sacha fue un reflejo de sus hobbies, incorporando elementos como balones de fútbol y baloncesto, así como figuras de perritos, además de la frase “Bad Boys”, que representa su emprendimiento junto a su primo Tarik. Por su parte, el pastel de Milan, más sencillo, estaba inspirado en el famoso DJ Marshmello, lo que demuestra su admiración por este artista.