El amor y la compasión a veces pueden salvar la vida de una persona. Lo mismo se aplica a los animales, especialmente a los que han sido abandonados o heridos. Cuando las personas, como estos animales, quieren ayuda, la buscan.
Son valientes a la hora de acercarse a quienes pueden ayudarlos. Se inventan su propio final feliz. La historia de un perro paralizado que se arrastra durante kilómetros en busca de ayuda te conmoverá el corazón. ¡Sigue leyendo para descubrir qué sigue!
Botswana es un país sin salida al mar en el sur de África que sufre inundaciones anuales, lo que crea un hábitat exuberante para la vida silvestre. Aunque la mayoría de los animales de Botswana están en dificultades, todavía hay perros abandonados y heridos.
La historia de un perro paralizado de Botswana ha conmovido a millones de personas. El pobre perrito no tuvo más opción que caminar kilómetros en busca de ayuda debido a una lesión en la columna vertebral.
El pobre cachorro tuvo suerte.
En aquel momento, Susanne Vogel era la líder de un grupo de voluntarios que trabajaban en la región norte de Okavango y que rescataron al cachorro. Estaban involucrados en una iniciativa para prevenir conflictos entre elefantes y humanos. El equipo se sorprendió cuando al levantar la vista vieron al pobre cachorro arrastrándose hacia su tienda solitaria.
Cuando el cachorro vio al equipo de voluntarios, se acercó a ellos y les pidió ayuda. El pobre cachorro, finalmente llamado Poppy, definitivamente necesitaba ayuda.
“Ella llegó a nuestro campo de estudio arrastrándose porque tenía las patas traseras paralizadas”. “No podía caminar”, observó Susanne, “pero estaba llena de amor y pedía ayuda”.
La tripulación evaluó de inmediato el estado de salud de Poppy. Tenía la columna vertebral fracturada y estaba paralizada, por lo que la pobre perra seguramente había tenido un accidente. Después de bañar y alimentar a la perrita herida, la llevaron al médico, pero allí no recibieron buenas noticias.
Poppy fue examinada y se determinó que apenas tenía siete meses. Aunque la cirugía podría ayudar al pobre cachorro, sus perspectivas de vida eran mínimas, si es que las había.
Los investigadores, por otro lado, eran optimistas. Observaron la individualidad de Poppy.
A pesar de que no podía arriesgarse a una cirugía, Poppy comenzó a realizar terapia y actividades de rehabilitación para ayudarla a fortalecer sus patas. Al mismo tiempo, los voluntarios trabajaron incansablemente para recaudar dinero para las futuras necesidades médicas y el cuidado de Poppy. Pidieron la ayuda del público para salvar la vida de Poppy, y los amantes de los animales de todo el mundo aprovecharon la oportunidad.
A pesar de que todavía está demasiado enferma para ser operada, Poppy no parece sentirse incómoda.
¡Poppy estaba encantada cuando le dimos su propio par de ruedas para galopar!
Después de muchas horas de tratamiento físico, el valiente cachorro finalmente se ha vuelto más fuerte y ahora puede pararse sobre cuatro patas.
Además, la adorable y vivaz cachorrita finalmente fue aceptada en una familia permanente. Su madre y padre permanentes son MaryBeth Hastings de Washington, DC, y la trajeron de regreso a Estados Unidos. ¡La vida de Poppy con su familia recién comienza!