Hubo un tiempo en que Anna Kournikova fue considerada la tenista más 𝓈ℯ𝓍y y mediática del mundo. Con apenas 16 años, cuando debutó en Wimbledon en 1997, la joven rusa deslumbró a todos con una mezcla explosiva: talento en la pista y un aspecto de supermodelo que la convirtió en un fenómeno global en cuestión de meses.
Su carrera deportiva, sin embargo, fue tan meteórica como breve. En pocos años, Kournikova alcanzó la élite del tenis mundial y llegó a situarse en el puesto número 8 del ranking de la WTA, consolidándose como una de las jugadoras más prometedoras de su generación. Al mismo tiempo, su imagen era buscada en cada rincón del planeta, al punto de convertirse en una de las personas más consultadas en Google en la historia de Internet.
En dobles, su alianza con Martina Hingis se convirtió en leyenda. El dúo, bautizado por la prensa como las “Spice Girls del tenis”, combinaba juventud, carisma y un juego electrizante que marcó una época. Su estilo fresco e innovador atrajo a miles de fanáticos más allá del deporte, convirtiendo cada torneo en un espectáculo mediático.
Pero la historia de Kournikova dio un giro inesperado. En la cúspide de su fama, a los 21 años, las lesiones crónicas en la espalda y otros problemas físicos la obligaron a retirarse en 2003. El mundo entero se sorprendió: una estrella que lo tenía todo —juventud, belleza, fama y talento— se alejaba de las canchas cuando apenas comenzaba a escribir su leyenda.
Desde entonces, Anna eligió el silencio y la discreción. Lejos de los focos, construyó una vida más privada al lado del cantante Enrique Iglesias, con quien ha formado una familia. Aunque ya no compite ni acapara titulares deportivos, su nombre sigue evocando fascinación, nostalgia y un aura de misterio.
Hoy, a sus 41 años, Kournikova permanece como un símbolo de los extremos de la fama: el brillo absoluto y el retiro prematuro. Su historia recuerda que detrás de cada ícono deportivo hay sacrificios, dolores ocultos y decisiones que cambian destinos.
Anna Kournikova fue, es y seguirá siendo la reina de belleza del tenis que conquistó al mundo… y que lo dejó todo en silencio.