La música universal está de luto y los corazones de millones han quedado desgarrados: Julio Iglesias ha muerto. La devastadora noticia fue confirmada en lágrimas por su hija, y la onda expansiva de dolor se ha extendido como un rayo por todo el planeta. El hombre que durante más de cinco décadas dominó escenarios, vendió más de 150 millones de discos y regaló más de 5,000 conciertos inolvidables, se apaga dejando un silencio insoportable en la historia de la música.
Nacido en Madrid en 1943, su destino parecía otro: el fútbol. Pero un accidente automovilístico brutal lo apartó de las canchas y lo lanzó hacia un camino inesperado: la música. Fue allí donde su voz inconfundible y su magnetismo arrollador lo elevaron al rango de leyenda mundial, conquistando escenarios desde Las Vegas hasta Tokio.
Sin embargo, detrás de la fama y los reflectores se escondía un hombre marcado por pasiones intensas, romances escandalosos y un amor eterno que resistió el paso del tiempo: su matrimonio con Miranda Ringsberger. Ella fue su refugio y su fuerza, la mujer que estuvo a su lado más de tres décadas y con quien, en una ceremonia íntima en 2010, selló un amor que desafió al mundo entero.
Hoy, las redes sociales hierven de dolor y homenajes. Su hija, entre sollozos, recordó al padre cariñoso, al hombre sensible que estaba más allá del mito, mostrando un costado humano que pocos conocían.
Julio Iglesias no fue solo un cantante: fue el embajador del romance, el símbolo de la pasión hecha música, la voz de varias generaciones. Su partida marca el final de una era, y el vacío que deja es tan inmenso como su legado.
:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/AIUBDXJ74BETZOIZQJTD4N224Q.jpg)
🌹 El mundo entero se pregunta con incredulidad: ¿cómo seguir sin la voz que hizo vibrar al planeta?
