La corrupción hunde a Milei: el peronismo le destroza y él sólo acepta que hará autocrítica
En una impactante jornada política, Javier Milei ha sufrido una aplastante derrota en las elecciones de Buenos Aires, cayendo 13 puntos frente al peronismo. Este resultado, a un mes de las cruciales elecciones de medio término, marca un giro dramático en el panorama electoral argentino. Milei, que había prometido un cambio radical, se enfrenta ahora a una creciente ola de descontento popular que rechaza su plan económico.
En un discurso lleno de autocrítica, el líder libertario admitió la derrota, reconociendo que “hoy hemos tenido una clara derrota” y que “hay que aceptar los resultados”. Sin embargo, esta aceptación llega en un momento de creciente presión, ya que la corrupción y los escándalos han comenzado a socavar su imagen. La figura emergente de Axel Kicilov ha capitalizado el descontento, afirmando que “las urnas gritaron que no se puede desfinanciar la salud ni la educación”. Este mensaje resuena en un electorado que busca protección social en lugar de recortes drásticos.
Milei, rodeado de su gabinete en un evento semivacío, promete una “autocrítica profunda”, pero muchos se preguntan si esto será suficiente para revertir su caída. Los recientes escándalos, incluidos los audios de Diego Spagnuolo y el caso Libra, han dejado una marca indeleble en su gobierno, debilitando su posición y alimentando las dudas sobre su capacidad para gobernar.
Con el peronismo emergiendo como una fuerza renovada, la Casa Rosada enfrenta un futuro incierto. La derrota en Buenos Aires no solo es un golpe para Milei, sino un claro mensaje de que el electorado exige un cambio real y una política más ética. La presión está sobre él: ¿podrá Milei recuperarse o está destinado a convertirse en un político en declive? La respuesta podría definir el rumbo de Argentina en los próximos meses.