Lewis Hamilton está furioso con Mercedes tras un desastroso Gran Premio de Arabia Saudita, donde terminó en una decepcionante novena posición. El siete veces campeón del mundo no ha ocultado su frustración, manifestando constantes quejas sobre el comportamiento del coche durante todo el fin de semana. “Es frustrante estar en esta misma posición por tres años consecutivos”, declaró Hamilton, quien exigió cambios significativos en el monoplaza de cara a la próxima carrera en Australia.
La estrategia del equipo, que optó por un alerón trasero más grande para optimizar la velocidad en las rectas, no dio resultados. Hamilton se sintió limitado y sin confianza en el coche, incapaz de adelantar a sus rivales, incluida la estrella de McLaren, Lando Norris. “El coche tiene un trasero débil y este problema persiste”, agregó, dejando claro que la situación es insostenible.
Mientras tanto, Mercedes enfrenta una creciente presión. El director del equipo, Toto Wolff, admitió que el rendimiento en las curvas rápidas fue un gran obstáculo, y que la estrategia alternativa utilizada no funcionó como se esperaba. Con George Russell terminando en una mejor posición, la tensión entre los dos pilotos se intensifica, ya que el equipo parece estar inclinándose hacia el joven británico.
La situación de Hamilton se complica aún más al mirar hacia el futuro. Con rumores de su posible salida a Ferrari para 2025, la frustración de Hamilton podría ser un preludio de una temporada llena de conflictos. El equipo, que esperaba estar en la lucha por el segundo lugar en el campeonato, ahora se encuentra en una dura batalla por mantenerse en el tercer puesto, mientras McLaren se acerca rápidamente.
La pregunta en la mente de todos es: ¿puede Mercedes revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde? La próxima carrera en Australia será crucial, y la presión sobre Hamilton y el equipo es más intensa que nunca.