¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! El presidente Gustavo Petro ha lanzado una ofensiva sin precedentes contra los medios de comunicación del país, acusándolos de manipulación y de fomentar la violencia. En un hilo explosivo en X, Petro no solo criticó a periodistas y canales de televisión, sino que también insinuó la posibilidad de acciones legales en su contra. Este giro dramático podría marcar el inicio de una batalla por el control de la verdad en Colombia.
Las acusaciones de Petro surgen tras incidentes tumultuosos en el Congreso, donde su discurso fue interrumpido por la oposición. El mandatario, visiblemente indignado, afirmó que la prensa está degradando el debate político y sirviendo a los intereses del gran capital, lo que, según él, socava la democracia. “La prensa de hoy es constructora de violencia”, afirmó, comparando su influencia con la de medios históricos en contextos de genocidio y propaganda.
Petro también amenazó con revocar las concesiones de los medios que no respeten su deber de informar con objetividad, argumentando que el espectro radioeléctrico es un bien público. “Si incumplen, esos contratos deberían terminarse”, advirtió, dejando claro que no tolerará la desinformación. Además, cuestionó la independencia de organismos reguladores, acusándolos de estar al servicio de los intereses económicos de las élites.
La situación se intensifica a medida que Petro llama a un acuerdo nacional para garantizar que los sectores más poderosos cumplan con sus obligaciones tributarias, sugiriendo que la oposición prefiere desprestigiarlo en lugar de dialogar. Las palabras del presidente resuenan con eco histórico, evocando episodios de violencia política en Colombia.
Este es un momento crítico para la democracia en el país. La confrontación entre el gobierno y los medios podría tener repercusiones profundas en la forma en que los colombianos reciben la información. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién controlará la narrativa? ¡Estén atentos!