**LAS NOTICIAS: Ataque masivo contra Kiev desata el pánico, estado de emergencia en EEUU y China avisa**
En un giro devastador de los acontecimientos, un ataque masivo con misiles y drones lanzado por Rusia contra Kiev ha dejado al menos 31 muertos, incluidos niños, y ha desatado el pánico en la capital ucraniana. El Ministerio del Interior de Ucrania ha confirmado que los equipos de rescate continúan recuperando cuerpos de los escombros, mientras que el número de heridos asciende a 159. Este ataque se produce en medio de la creciente tensión internacional y el ultimátum del expresidente Donald Trump, quien ha instado a Rusia a cesar sus operaciones militares en Ucrania antes del 8 de agosto.
Mientras tanto, Estados Unidos enfrenta su propia crisis: el alcalde de Nueva York ha declarado el estado de emergencia debido a inundaciones severas que han paralizado el transporte público y dejado a miles de residentes atrapados. Las imágenes de calles inundadas y vehículos sumergidos son impactantes, y la oficina de gestión de emergencias advierte a los ciudadanos que eviten salir de casa.
En el ámbito internacional, China ha emitido una advertencia tras las inundaciones devastadoras que han cobrado la vida de 44 personas en su territorio. Las autoridades chinas están en alerta máxima mientras las operaciones de rescate continúan en las áreas más afectadas. La situación se complica aún más con el creciente conflicto en Ucrania y las tensiones entre potencias nucleares.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha calificado las afirmaciones rusas sobre el control de Chasifar como desinformación, insistiendo en que las fuerzas ucranianas mantienen sus posiciones. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan estos eventos, que podrían marcar un punto de inflexión en el conflicto.
Con el tiempo corriendo y la presión aumentando, el mundo está en vilo ante la posibilidad de un escalamiento aún mayor en Ucrania y la inminente respuesta de Estados Unidos y sus aliados. La urgencia de la situación no puede subestimarse: el futuro de la paz y la estabilidad global está en juego.